Uruguay, año 2008. Un inspector de la D.G.I. se acerca a un limpiavidrios en los semáforos de Rivera y Bvar. Artigas.
-Disculpe, mi nombre es Pedro Gomez y como verá soy funcionario de la D.G.I. .
-Ahh, sisisisisisisi. ¿En qué lo puedo ayudar?
- Bueno, ¿usted es Alberto Pedronzo?
-Desde que nací.
El inspector lo miró con malacara.
- Acá dice que usted no pagó el monotributo el mes pasado, para ser más preciso, no lo ha pagado en los últimos 6 meses.
-¿Qué monotributo? preguntó el limpiavidrios con cara de total desconcierto.
-Como usted sabrá el 1º de julio del 2007 se hizo efectiva la reforma tributaria. Ahí se establece que los limpiavidrios, entre otros trabajadores de la calle, deberán pagar un monotributo de 600 pesos. El cual usted no ha pagado nunca.
Alberto largó una carcajada y se dió vuelta para continuar limpiando vidrios. Pero en ese momento el inspector le dijo: "Veo que no tiene intención de colaborar". Sacó su libretita, anotó un par de cosas y le pasó un formulario al empresario callejero. El limpiavidrios al ver el aviso de decomiso de su balde y trapo se asustó. Acto siguiente sacó 600 pesos de su bolsillo e hizo efectivo su primer pago al inspector de la D.G.I. . Y con esa plata el Estado dió educación y alimento a los más necesitados.
Nada mejor que una fábula con un final feliz.
2 comentarios:
y... a los malabaristas les sacan los malabares... y a los que bailan les sacaran las piernas? pah... yo tengo una amiga que se disfraza de payaso y se consigue unos buenos pesos por hacerse la pelotuda... ¿Qué? ¿A ella le sacarán la nariz roja?
Festejen uruguayos, festejen!
Salú!
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